POLÍTICA, ESTADÍSTICA Y OBSOLESCENCIA PROGRAMADA

Es domingo por la mañana y no he podido dejar de ponerme delante del ordenador y escribir una idea que necesitaba salir de mi interior. Puede que sea simplemente una locura, una asociación de ideas que de repente he creído conectar, pero quería compartirla con vosotros porque es probable que le dedique tiempo.

Soy una de esas personas que para mitigar el estrés me dedico a leer, y si es posible sobre ciencia, me fascina y me motiva ver que la humanidad progresa y que existen personas que descubren e inventan cosas maravillosas para nuestra sociedad, y que me cuentan cosas que ni si quiera podía imaginar y que no sabía.

Esta mañana ha llegado a mi manos un texto del diseñador industrial norteamericano Brooks Stevens donde se apuntaba la teoría de la obsolescencia programada, y ha hecho mella en mí la definición de “la necesidad de destilar en la mente de los compradores el deso de contar con un producto algo más novedoso, algo mejor, y un poco antes de necesitarlo.” y seguidamente en el texto me explicaba como el marketing de la actualidad está orientado a la temporalidad del producto para obtener una satisfacción momentánea -de menor a mayor plazo según sea el producto pero siempre con finitud del mismo-.

Y al leer esto se ha abierto en mi mente la frase que no deja de “machacarme” un compañero creativo que le gusta la política que siempre me dice lo mismo: “Mariano, los modelos -refiriéndose a los modelos que utilizo en estadística electoral- han cambiado y tus previsiones ya no valen.

Y finalmente he mirado hacia la bancada política donde están políticos y asesores, y me ha colapsado la cantidad de frases sobre marketing que utilizan, la aplicación de estas técnicas sobre política, su trato a la sociedad como si de la venta de un producto estuviéramos hablando y de repente es como si todas las piezas hubieran encajado y me he planteado: “Supongamos que el modelo de comunicación y de marketing que utilizan los políticos actuales se basa en el modelo actual sobre la consecución rápida de necesidades sobre el individuo, de conseguir la compra de un producto que nos interesa que tenga una vida finita para que siga consumiendo del mismo pero diferente, para que esté esperando el nuevo producto. Si esto es así, si la sociedad está imponiendo esta forma de pensar y la política está utilizando conceptos de finitud sobre algo como la política, entonces, los modelos de futuro que utilizamos, modelos estadísticos basados en premisas fijadas por unos valores históricos -que pueden ser a corto plazo-, pueden que sean incoherentes y que las necesidades de cambio estén sensibilizadas por un marketing agresivo de cambio bajo el prisma de la obsolescencia programada en todos los ámbitos sociales.

Acabo de leer mi parrafada, y no se si ha quedado clara, pero es lo que quería expresar, y también es una petición de ayuda para saber si tiene sentido lo que he escrito o es una mera locura. Así, si algún estadístico, economista, sociólogo, biólogo, politólogo, etc me puede echar un cable se lo agradecería, porque siento que los modelos de cálculo que utilizo puede que su solución corto-placista sea una solución no valida o más alejada de la realidad de lo que debiera. ¿Necesito más datos?¿Necesito un modelo diferente? Las encuestas son una imagen del momento y nos dan una foto que ¿nos sirve para hacer previsiones? O necesitamos hacer cada vez más cantidad de fotos para poder de verdad inferir algo. No lo sé, de repente me han surgido un mar de dudas… lo dicho, estoy abierto a ideas.

Gracias.

Mariano Julián Rochina

Licenciado en Matemáticas por la Universidad de Valencia. Jefe del Servicio de Estadística, Evaluación y Calidad del Ayuntamiento de Alfafar. Profesor de Bioestadística en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Valencia.

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